Lo que nos regala el instante…
Apropiarnos del espacio y recibir con asombro los tesoros que la Naturaleza nos regala
Reconocer el espacio, observar por dónde podemos caminar y por dónde no. Eso que llamamos delimitar y que empezamos a descubrir. Jugar con la idea de un mapa de todos los lugares de por donde sí podemos habitar. Conectar con la tierra, removerla, sacar los yuyitos y descubrir que son brotes de otras semillas. Nace el juego espontáneo de juntar la tierra en un recipiente y trasvasarla a otro – entendiendo lo clave que es esta actividad en esta edad.
Milo encuentra las abejas y con mucho entusiasmo convoca al resto para compartir su descubrimiento. En ese instante, se dirigen hacia allá para verlas. En otro rincón está la mariposa que se posa en la mano de Eve. Se forma la ronda y contemplamos su vuelo. Donde están las lavandas, cuyo aroma es muy hermoso e invita a que su sabroso perfume quede en las manos de quiénes las tocan, pedirles permiso para tomar una ramita es de una importancia vital en los procesos de aprendizaje y respeto a nuestra Naturaleza. Y si alguna abejita está revoloteándole, procuramos no molestarla y buscar otra ramita. Nos encanta prestar atención a las hormigas y descubrir cual es el camino hacia su guarida.
Entrar en contacto con la naturaleza también es reparar en que nosotras nos animamos a tocar los insectos, para así permitirles a l@s niñ@s que se pueden acercar y ver de cerca sus preciadas ofrendas.