A volar…

Era una mañana de ? cuando ví una mariposa posada a la sombra en una ramita. Me acerqué para observarla más de cerca y resulta que se posa ahora en mi mano. En ese instante -que fue todo un regalo para nosotr@s-, invito a l@s niñ@s para hacer una ronda y con mucho cuidado de no tocarla (ya que las alitas de las mariposas son muy delicadas y pierden su capacidad de volar si lo hacemos), observamos con asombro y alegría la visita de este bello insecto. Al irnos bajo el sol, toma calor y remonta vuelo…

❤️ Cuánto que aprender de la Naturaleza y su Sabiduría, no? Cuántas veces, con la intención más genuina de proteger, terminamos dañando las alas y dificultando el vuelo de nuestr@s pequeñ@s? Quizás se trate simplemente de confiar en los procesos, de confiar en su propia capacidad de vuelo y estar presentes para cobijarl@s en aquellos momentos que necesiten un abrazo cálido y amoroso para que puedan ir desarrollando la seguridad y la autonomía que los acompañe el resto de sus vidas…

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